Sociedad.

Marcos Juárez

Dos bailarinas, la misma pasión y un sueño cumplido

Belén Farías y Daiana Favaro nacieron con la vocación por el baile, hoy están cumpliendo su sueño y viven de su profesión. Día a día están capacitándose y experimentando para transmitir su arte y aprender de sí mismas.

24-06-2020

Belén Farías y Daiana Favaro desde los 3 años empezaron su camino en su segunda casa, el gimnasio Oxígeno en Marcos Juárez. Hoy ejercen su vocación por la danza brindando clases lejos de sus hogares y así innovarse continuamente. Belu continuó el camino de su mamá Rita Berthou y siempre supo que se quería dedicar al baile ya que lo lleva en su sangre, “desde la panza”, como expresó. En cambio, Dai rompió los mandatos de su familia, puesto que ninguno tenía inclinación artística. Agregó: “No fue un peso para mi. Me vieron crecer bailando y veían que ahí estaba mi felicidad. Uno se pregunta si me dará de comer o podré trabajar, yo digo si se puede porque si uno tiene pasión por lo que hace, encuentra la manera de hacerlo. Es costoso pero la vida te va abriendo puertas”. Ambas recibieron el incondicional apoyo de su familiares desde el día uno y coincidieron en que la contención es un pilar imprescindible para el artista. Dai comenzó a estudiar baile en Rosario y por las distintas circunstancias de la vida, hoy se encuentra en Buenos Aires trabajando como profesora y bailarina. Al igual que Belu que lo hace en Córdoba. Cada una eligió esa ciudad por cómo está vigente el arte allí, entre los grupos de baile y la cantidad de artistas. Destacaron la diferencia entre ser bailarina y profesora, junto a lo importante que es formarse mediante experiencias para adquirir las herramientas necesarias. Belu manifestó: “Uno a la larga es muy normal que termine dando clases y visto a un futuro, con todos los aportes que te da una carrera universitaria, es la versatilidad como artista en el momento de bailar y saber cómo dar una clase. Me gustaría que otras personas puedan aprender de mi”. La enseñanza y el aprendizaje van en conjunto. Mediante sus clases, Belu dijo que se piensa el qué, cómo y a quién. Hay que conocer a la persona y su proceso, hacer un diagnóstico. Dai sumó: “Cada uno entiende su cuerpo y por dónde va la información. Yo paso una coreografía pero no va a ser lo mismo que hacerla en otro mismo cuerpo. Está buenísimo cuando algo cuesta, porque de ahí se aprende”. “Es muy difícil a nivel bailarín conocerse. Es un amplio aprendizaje y está bueno mantenerse actualizado. Siempre tomar clases, más allá que uno las dé. Uno siempre es alumno”, expresó la bailarina de 20 años. A pesar del aislamiento, no quisieron estancarse y el uso de la tecnología les sirvió para capacitarse con bailarines internacionales y dar sus clases virtuales para transmitirle a los alumnos la conexión que se genera en lo presencial. Además de romper con la pantalla y la distancia, algo que esta modalidad los ha unido a nivel artístico. Siempre se recurre a hacer una actividad, como dijo Dai: “El movimiento y el cuerpo es lo más humano que tenemos”. Belén comentó:“Estar en cuarentena para los bailarines o personas que trabajan con su cuerpo, o en general, fue un desafío. Particularmente he podido hilar un montón mis sentimientos con la danza, el vivir de recuerdos. Fue una buena forma de canalizar y bajar un cambio”. “Como toda carrera nunca se termina de conocer, por más que sea el propio cuerpo. No se termina de aprender porque siempre hay más información. El encierro me enseñó a hacer las cosas por sí misma y no por obligación, respetar mis tiempos. El cuerpo habla por sí solo”, opinó Daiana. Pese a la pandemia, hoy están junto a su familia conectándose con ellos y ayudándoles para lograr bienestar. Sin embargo, la artista de 26 años destacó: “Estoy viviendo en un sueño. Hacerlo todos los días y ser feliz haciendo algo que te gusta, ese es mi sueño. Después hay aspiraciones grandes”. Por otro lado, Belu fundamentó: “Estos últimos años he vivido cosas que no me imaginaba que se han puesto en el camino, sin que las buscara y me hace estar eternamente agradecida con la gente y a mi misma. Sueños hay, uno tiene aspiraciones, tendencias. Uno de mis sueños de chica es ser bailarina de un cantante o artista”. Aportó: “Hoy el arte está muy metido en la sociedad y están saliendo un millón de artistas. No es absoluto de quiero ir a tal lado, sino ir generando la experiencia y vernos como artistas en crecimiento para trabajar juntos. El arte es un todo, más allá que otros se dediquen al baile, a la música. Todos vamos al mismo camino y creo que cada vez va a ser más grande”. “Vivir estudiando y moviéndonos hasta el día de nuestras muertes”, sostuvo Dai. Diariamente están renovándose. Por eso, este sábado darán un workshop vía Zoom que consta de dos clases: “Street” con Belén a las 15 hs y luego a las 16.30 hs “Collabo Femme”, Daiana y Caty Cesanelli.

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