Gerardo comenzó a los 21 años en 1982 a trabajar como docente con dos cargos de preceptor en el IPEA 209 Faustino Sarmiento (antes se llamaba IPEM N°1 y IPEM 209), donde fue egresado. En 1999 tuvo el cargo de 4 horas para el dictado de Educación Tecnológica.

“Mi entrada a la docencia fue un poco por casualidad”. Era egresado y como terminó el secundario, hizo el año militar al año siguiente, intentó el ingreso a la universidad y al no lograrlo, recurrió a la escuela ya que sabía que iban productores rurales o encargados de cooperativa a buscar egresados que no estuvieran estudiando para contratarlos. 

Así fue como unos días antes de que ingrese, conversó con el director para ponerlo al tanto de su situación y si había alguna posibilidad laboral de alguien que necesitaran. A los pocos días le avisaron que había una vacante de dos cargos de preceptor. No era lo que estaba buscando en ese momento pero quiso probar.

Al principio era como una posibilidad de trabajar viendo si después salía algo más acorde a la especialidad de la producción agropecuaria, puesto que es agrónomo. 

El preceptor destacó: “Se comienza a ser docente cuando se empieza a laborar la tarea que se hace desde la docencia. Me empezó a interesar cada vez más y trataba de hacer mejores cosas o innovar con lo que había aprendido a hacer. Luego surgió la posibilidad de capacitarme como docente. Hice carreras terciarias y la formación de la parte pedagógica”. 

La adquisición de la vocación se va dando a lo largo del tiempo. “Uno lo tiene que tomar con fuerzas y ganas para poder llevar a cabo esta vocación que no es fácil, requiere de constancia perseverancia y tratar de estar siempre actualizado. Tiene muchas variantes”.

“La educación fue cambiando todo el tiempo. Yo entré cuando todavía en el país existía un gobierno militar con sus propias reglas. A veces hubo marchas y contramarchas este último tiempo, pero con la participación de todo el grupo de docentes y apoyo de las autoridades a nivel provincial, se logró conformar un plan de estudio que es el actual y es positivo para la formación de los egresados”.

La docencia como parte de toda su vida: “Para mi fue es y será todo. Toda mi vida laboral la pasé siendo docente. El docente tiene que saber serlo, solamente con estar cumpliendo con una tarea pero no sentirla, no alcanza. Hay que ser docente con todo lo que esa palabra implica”.

Ahora, ya con su edad y los años de servicio trabajados, está preparando su jubilación. Por estos días tiene la licencia anual reglamentaria, que es el paso previo, y quizás a partir del primer mes del 2021 pasaría a la condición de jubilado.

“Esperando a ver qué pasa con esta nueva etapa de la vida conforme con lo realizado, sea fructífera y siga siendo útil”, concluyó Gerardo.