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Marcos Juárez

Inés Garrigós: “El escenario es un vicio”

“El escenario es un vicio y una peste que no tiene cura, es vivir esa adrenalina y emoción”, dijo la profesora y Licenciada en Letras, quien habló sobre su trayectoria y del orgullo que sus hijas siguieran sus pasos.

09-12-2022
  • Inés Garrigós parte 1

  • Inés Garrigós parte 2

Inés Garrigós es una de las leyendas en nuestra ciudad por su amor por el arte y la enseñanza de miles de chicos, especialmente en el CEPEA Libertad plagado de recuerdos y generaciones de alumnos.

Inés es profesora de expresión oral y licenciada en Letras, también ejerció el profesorado de Letras.

Desde chica su pasión por los libros estuvo presente ya que sus padres tenían una librería. Ella se escapaba de la misma con un libro y lo leía en la radio. O se pasaba horas sentada leyendo el libro que le gustaba.

Habló sobre sus recuerdos de la librería: “Ayudábamos a mi tío en el período escolar. Mi papá se enfermó muy joven de Alzheimer y me tocó una época terrible para trabajar, inflación, paro docente, y eso no me dejó un buen recuerdo de algo que yo amaba tanto que era la librería de mis padres”.

En la primaria fue a la Escuela Mitre y recordó que sus padres se fueron a vivir a Cosquín en el año 95, ya que tenían una casa de verano y familiares. Hoy tiene una hermana ahí, Patricia. “Mi papá ya estaba enfermo y no pudo valorar lo que significaba vivir en Cosquín por él”.

La licenciatura en Letras la estudió en Rosario y luego cursó materias pedagógicas para obtener el título de Profesora en Letras. Vivía en una pensión. 

“A los 16 años me recibí de maestra. Cuando empecé no había jardín, soy la más chica de mi promoción y empecé la facultad con 17 recién cumplidos. Yo lo viví poco porque siempre me quería volver y enseguida cuando terminé me volví a Marcos Juárez y empecé a dar clases en la escuela nocturna Esteban Echeverría”.

Hasta hoy en día sus alumnos la recuerdan con orgullo

Recordó su participación en obras de teatro. “En la obra “Los chicos crecen”  actuamos tres chicos, éramos las mascotas del elenco. El escenario es un vicio y una peste que no tiene cura, es vivir esa adrenalina y emoción”.

“Mis hijas siguieron mis pasos, empecé a dar clases en el CEPEA en el año 86 cuando se abrió el taller de teatro y mi título me sirvió. Mi hija Melina es profesora de teatro, y Ludmila es Licenciada en Bellas Artes y artista plástica. Me superan muchísimo las dos”.

En el 2001 tomó la dirección de la Escuela de Arte y dejó las horas del colegio. Se jubiló en el 2014. Abrió un taller en mi casa insistiendo en la narración oral, también fue a narrar en los hogares. Con lectores iban a leer a personas no videntes.

Sus dos maestros en el arte fueron Celia Ferrero en la poesía y Miguel Daga  en teatro.

Su libro favorito es “Los grandes poetas”. “Me crié con los libros cuando una profesora me marcó. Ahora somos muy amigas porque cuando me daba clases quería ser como ella. Hoy me encuentro con ex alumnos que nunca se olvidan como yo les contaba los cuentos”.

El proyecto de Lito Cruz “Las ciudades cuentan su historia” marcó un antes y un después. Había que formar un equipo para trabajar con niños y adolescentes en obras sobre la historia de la ciudad. “Trabajamos con 60 chicos y luego se publicó el libro con las cuatro obras”.

Sobre la ciudad, dijo: “Tenemos que tener un teatro público, no puede ser que pagamos 50 mil pesos para hacer algo. Valoro mucho lo que hace Montechiari con los talleres municipales. Por suerte ahora el CEPEA tiene un teatro chico”.

El amor por el arte

“Cuando uno hace lo que ama es feliz, yo principalmente soy docente, amo la docencia y sobre todo la docencia en la educación por el arte. Primero que uno no forma artistas, sino personas. Aparte es una felicidad que mis hijas siguieron lo mismo”, finalizó Inés.

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