Verónica Crescente dijo basta y cerró el ciclo de 7 años y medio al frente de la Secretaria de Gobierno y general de servicios de la municipalidad de Marcos Juárez.

La Secretaria de gobierno, la de mayor imagen positiva junto al intendente Dellarossa, alcanzó una enorme visibilidad y consideración pública cuando juanto a Eduardo Foresi, director del Hospital,  “se puso al hombro” la campaña de vacunación Covid en la ciudad, la que resultó todo un éxito en cuanto al número de vacunados y la organización del operativo.

La ex funcionaria se presentó como una seria candidata a suceder al actual intendente en la elección municipal de septiembre pero desde la estructura del oficialismo le cerraron todas las posibilidades.

No le permitieron participar de elecciones PASO o de una interna abierta para que sea la ciudadanía quien elija a sus representantes.

En definitiva, nunca hay que olvidar que los funcionarios son inquilinos del poder, más allá que algunos se enamoren de los cargos públicos.

A la falta de transparencia en la nominación de los candidatos, situación que ya tendría que estar resuelta, se sumó el destrato y el ninguneo.

Crescente debió irse por la puerta grande del municipio, con el reconocimiento de propios y extraños.

Lamentablemente no la dejaron.

La salida de Crescente del equipo gobernante significa un duro golpe al corazón del oficialismo que a esta hora ya está evaluando “si la gente le pasa factura”

El intendente y los miembros del  gobierno ya tienen la candidata  que asegure el trabajo en equipo y la gobernabilidad.

Señalan que se trata de Sara Majorel, la actual presidente del Concejo Deliberante.

Con Majorel, Dellarossa confía en la continuidad del proyecto y fundamentalmente el ejercicio del poder.

El futuro de Crescente? Pocos la imaginan dedicándose exclusivamente a la familia y al cuidado de los nietos.

Opinión por Ricardo Agusti