San Martín es campeón de la Cañadense y jugará la Copa Santa Fe
Después de 34 años, San Martín vuelve a gritar campeón en el mítico Florencio Varni.

San Martín volvió a escribir historia. Treinta y cuatro años después de su último título en 1990, el equipo de primera división se consagró campeón de la Liga Cañadense de Básquet, barriendo la serie final 3-0 en uno de los escenarios más emblemáticos de la región: el Estadio Florencio Varni.
Detrás del logro está la dupla técnica conformada por Esteban Pierdominicci y Facundo Montechiari, que condujo a un equipo joven, resiliente y ambicioso a lo más alto del básquet regional.
Un semestre brillante: federal y cañadense, dos frentes con el mismo compromiso
No fue un camino fácil. El plantel enfrentó una exigente doble competencia, participando también del Torneo Federal, donde quedaron entre los ocho mejores equipos del país entre más de 100 participantes.
“Coronar este primer semestre con un título en la Cañadense fue una satisfacción enorme”, expresó Pierdominicci, visiblemente emocionado por el trabajo realizado.
Montechiari, su compañero de cuerpo técnico, destacó que el éxito fue posible gracias a la planificación y al compromiso colectivo:
“Confiamos en que el equipo estaba preparado para afrontar los dos campeonatos. Rotamos bien y pudimos cerrar cada etapa con inteligencia”.
El valor de un grupo joven que superó la adversidad
Una de las grandes fortalezas del equipo fue su juventud. Con un promedio de edad bajísimo —el mayor tiene apenas 23 años—, San Martín mostró carácter y madurez. Superaron lesiones clave, como la de Juan Pablo Angelista, quien sufrió una rotura de ligamento cruzado y deberá ser operado. Aún así, el equipo respondió con creces.
“Jugamos sin Juampi, sin Tommy Rodríguez, y los pibes del club estuvieron a la altura”, contó Pierdominicci, recordando también la dura preparación física y mental que enfrentaron. “No es fácil jugar federal y ganar la Cañadense. Es un torneo muy competitivo y llegar a la final ya es un logro enorme”, agregó.
La gente: el motor silencioso del éxito
Uno de los aspectos más conmovedores de este campeonato fue el acompañamiento de la gente. Montechiari lo resumió así:
“Hay días de semana donde Facu entrena con la U17 y hay 30 personas viendo la práctica. Eso no lo ves en muchos clubes”.
El aliento se hizo sentir tanto en la campaña del Torneo Federal como en la Cañadense. Desde Rosario hasta San Genaro, hubo presencia de hinchas. “Anoche en el Varni había más de 200 personas alentando. El club está viviendo algo muy especial”, afirmaron los entrenadores.
Un equipo detrás del equipo
El éxito de San Martín también se explica por el trabajo de quienes no siempre aparecen en la foto. La dupla técnica trabaja codo a codo con Federico Salas (preparador físico), Lucas Biagiotti (jefe de equipo), Mario Siciliani (utilero), Lucas Romero (médico) y Horacio Pignani (kinesiólogo). Una estructura sólida, profesional y comprometida.
Incluso el color y el ánimo también tienen su lugar: Siciliani, el carismático utilero, es uno de los grandes motivadores del grupo. “Tener gente con tanto sentido de pertenencia contagia y eleva todo el proyecto”, destacó Montechiari.
Lo que viene: seguir creciendo sin perder el rumbo
Aunque el título se celebrará con una cena especial, la actividad no se detiene. El club ya piensa en el Torneo Clausura y en las formativas, donde San Martín también brilla. “Ya estamos preparando el Federal U21 y el U17, además de los pendientes de la Cañadense”, señaló Montechiari, quien encabeza también los procesos juveniles.
En cuanto al futuro del equipo de primera, Pierdominicci fue claro:
“La idea es mantener el proceso. Las cosas que funcionan no deben desarmarse. Es clave respetar los tiempos y construir a largo plazo”.
San Martín, más que un club: una familia con hambre de gloria
Para Pierdominicci, la experiencia en San Martín es también personal. “Desde el primer día nos hicieron sentir como en casa. Vine con mi pareja, hoy somos tres y estamos felices. Este club tiene todo para crecer con coherencia”, compartió con emoción.
El cierre es de gratitud y compromiso. Ambos entrenadores destacaron la sinergia del equipo de trabajo y el deseo de seguir construyendo:
“Cuatro ojos ven mejor que dos. Laburar con gente como Facu, como Fede, hace todo más fácil”, concluyó Esteban.